Reclutamiento y Selección

¿Cómo realizar una entrevista laboral eficaz?

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| Publicación diciembre 21, 2020| Última actualización noviembre 27, 2023


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La entrevista laboral es un proceso muy importante que influye directamente en el rendimiento de una empresa. Un trabajo de calidad en este ámbito puede conseguir un resultado óptimo, que influye sobre aspectos esenciales en el día a día de cualquier departamento de una compañía. La actitud y aptitud del nuevo colaborador afecta a los compañeros, la capacidad de trabajar en equipo y, en definitiva, a los resultados.

 

Los modelos, funciones y características de una entrevista laboral han evolucionado con cambios y mejoras enormes en las últimas décadas, fruto de la mayor importancia que otorgan los empresarios y profesionales de recursos humanos encargados de la selección del personal, así como de otros factores tecnológicos y digitales.

 

La importancia de una entrevista de trabajo bien hecha

La importancia es capital, pues de este proceso nacerá un nuevo colaborador que formará parte del equipo humano de una empresa. Si en épocas anteriores la búsqueda se centraba únicamente en encontrar un perfil adecuado y con experiencia para un puesto determinado, ahora se tienen en cuenta más detalles. Evidentemente, este fin se mantiene; y se suma a otros como que el candidato vaya conociendo, a lo largo del proceso, el funcionamiento de la empresa y lo que ésta quiere de él. Es una continua evaluación de sus posibilidades y particularidades, tanto profesionales como personales; de manera que el empleado se sienta cómodo y como si fuera uno más en su primer día de trabajo. 

 

Una entrevista de trabajo bien hecha evita problemas en el futuro y que pueden tener consecuencias muy negativas. Ésta debe hacer hincapié en muchos aspectos, como la actitud del colaborador, con el objetivo de concluir si sería capaz de funcionar en un ambiente y contexto de trabajo determinado. Realizar el proceso adecuado supone un ahorro de tiempo, pues un despido implica empezar de cero en la búsqueda, y de dinero. El descenso en el rendimiento, el finiquito y la ausencia de una posición concreta suponen pérdidas económicas.

 

¿Cómo prepararse para realizar una entrevista laboral?

La tecnología ha facilitado notablemente esta tarea, pues los departamentos de Recursos Humanos disponen de herramientas digitales para cubrir algunas de las fases del proceso, especialmente en las etapas iniciales. Son filtros automáticos que seleccionan y descartan a los candidatos, de acuerdo con unos parámetros establecidos previamente por parte del equipo de investigadores. 

 

El cara a cara con el futuro colaborador requiere del recurso a las capacidades del entrevistador, quien debe conocer perfectamente el currículum y los resultados del candidato durante las fases anteriores. Los puntos fuertes suelen aparecer destacados, si bien la clave reside en conocer bien las carencias y tratar de tirar la conversación por ese camino. Su respuesta ante situaciones complicadas ayudará a conocer cómo reaccionaría en un ambiente de trabajo. 

 

La comunicación no verbal es otro aspecto importante y se debe trabajar previamente. Otro aspecto fundamental para conseguir el mejor resultado en una entrevista laboral es adaptar las preguntas y situaciones a cada uno de los candidatos. 

 

¿Cómo actuar frente al entrevistado?

Es el momento más tenso del proceso y un valor muy importante es la tranquilidad. Hay que tratar de tranquilizar al candidato, de manera que se sienta en unas condiciones óptimas para mostrar sus capacidades. El recurso, como punto de partida, a temas triviales que no están relacionados con el lugar de trabajo ni la entrevista puede ser una buena opción. El entrevistador debe, además, buscar un ambiente que guarde la máxima relación con las características y el contexto del trabajo que se oferta. 

 

Si quieres que la entrevista laboral tenga un diálogo fluido, hay que evitar las preguntas cerradas, aquellas cuya respuesta es de sí o no; pues un guion de estas características acaba reprimiendo al candidato, que se encoge en respuestas fáciles que no aportan nada. 

 

La actitud del entrevistador debe ser tranquila a la vez que activa. La presión no es un buen aliado para ninguna de las partes, así que se puede empezar con las preguntas más sencillas y cómodas para ir, después, hacia las cuestiones más complejas. 

 

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